jueves, 31 de julio de 2014

Yo te reclamo





     Hoy te volví a ver, y una sonrisa nerviosa afloró en mi rostro, un rubor intenso inundó mis mejillas y un brillo deslumbrante chisporroteo en mis ojos.
     Me miraste y te miré y en ese instante se me aflojaron las rodillas y sentí que me desvanecía en tus ojos, que el mundo se condensaba en una mirada, que mi mundo, todo el que quería y anhelaba se resumía en tus pupilas.
     Me sonreías, y yo me derretía en tu boca, palpitaban mis labios muy cerca de los tuyos, y te hablaban de amor, con un lenguaje mudo, sin decir nada y diciéndolo todo.
     Eras tú, desde el principio has sido tú, aquel que perturba mi mente, el que acelera mi corazón con tu sola presencia, el que enloquece mis sentidos y se apodera de mis pensamientos.
     ¿Que voy a hacer sin tu amor? ese amor que he soñado tantas madrugadas, ese que quema mi carne, ese que adormece mis fatigas y mis angustias, el que hace que se parta en dos mi razón. El que hace vibrar cada fibra de mi, el que inunda mi pecho y ahoga mis deseos.
     Hoy te volví a ver, y aunque sé que no puedes ser mío, yo te reclamo y te llamo...
     Y se pierden mis ruegos en el silencio de la noche, y se esconden mis emociones cuando te encuentro, porque es imposible amarte, porque no puedo tocarte, porque por más que te deseo, no te tengo y eso me mata.
     Y sé que tu cuerpo sufre por mis caricias, que tu alma anhela tomar mi alma, porque te siento y siento cuanto amor hay en ti, como te consumen las ganas  y como te duelen los brazos por no sentir mis hombros bajo ellos.
     Hoy te volví a ver... y a pesar de los silencios, tu rostro me mostró todas las respuestas a mis preguntas calladas, todos los besos a mis labios hambrientos, todas las caricias pausadas enredándose en mi pelo. Te vi y me viste, y en un breve instante de tiempo, nuestras almas se hicieron el amor y se entregaron por una eternidad.

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