martes, 26 de agosto de 2014

Liberando mariposas





Y el corazón se me agranda
llenándose de ese néctar
que derrama tu garganta
y solo escucho el cantar
que acurrucado en mi pecho
se estremece al despertar,
y me inunda un gran silencio
cuando tu voz calla,
y enmudece el pensamiento.

Y germina una plegaria,
y me ahogo, y no respiro,
pues no hallo tu mirada
y se me escapa un suspiro...
desechando mil dolores
de este cuerpo adormecido,
y reverdecen  las flores
regadas con mi esperanza,
relucientes, de colores.

Y mi algarabía se lanza
liberando mariposas
despojadas de templanza,
y es que no quiero más cosas
que tus labios en mi boca
y el sentir que me sofocas,
y tus dedos en mi nuca
enredándose en mi pelo
resplandece más que nunca.

Porque tu voz yo deseo
como aire que respiro
y el amor que no poseo;
déjame ser tu retiro,
a mi cuerpo, tu morada
y amanecer contigo,
pues mi alma encadenada
quiere cambiar su destino
y entregarse enamorada.

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